Tierras raras

De: Miguel Soto

Escultura de acero inoxidable amarrada mediante zunchos de acero a un pilar de hormigón.
30 x 10 x 600 cm.

Tierras raras es una escultura emplazada sobre la falla de San Ramón, que busca representar el daño colateral que los movimientos de un posible terremoto cortical pudiesen generar. Ubicada en la cima del cerro Calán, su forma está dada por dos elementos rígidos y verticales amarrados entre sí: una viga metálica de seis metros de largo sometida a una intervención material que debilita su estructura a través de cortes horizontales, y un pilar de hormigón preexistente en el lugar, al cual se ha adosado la viga con zunchos de acero que la elevan a un metro del nivel del suelo. El propósito es que tras un eventual sismo la estructura cambie, proyectando ya no la figura vertical y lisa de la actualidad, sino una línea quebrada por los daños estructurales producidos por el movimiento telúrico.

La obra también puede verse alterada frente a otros estímulos causados por posibles amenazas naturales como el viento y la lluvia. De esta manera, sin aludir a un sismógrafo, Tierras raras propone una reflexión sobre el potencial escultórico y narrativo que el deterioro no premeditado de un evento sísmico puede generar.