El espejo de agua que presenta esta obra se basa en los observatorios de piedra realizados por los incas para la contemplación colectiva de las estrellas, donde la imagen del cielo se refleja sobre la superficie de un espejo de agua giratorio.
En este trabajo se deforma el líquido contenido en su superficie, generando un paraboloide de revolución y creando así un espejo cóncavo que, desde una visión rizomática es inherentemente relacional y múltiple, y se abre para la interacción de los presentes en el cerro isla.